domingo, 12 de abril de 2009

V de Visiones.

I

Todas las visiones fueron de noche y eso las mantuvo siempre con un velo negro que las hacía borrosas. Recuerdo una en la playa: confort en mano, vaso plástico, te pregunté qué pensaste y pateé la arena. Me hablaste de imágenes con palabras; esa siempre ha sido mi relación favorita.


II

No nos besamos hasta estar bien borrachas, siempre. Ahora creo tener la costumbre de beber y llorar de forma compulsiva; no me gusta esa costumbre, la encuentro burguesita. No nos besamos hasta estar bien borrachas, siempre, hasta que el besarnos se hacía necesario por la calentura del alcohol. También esa noche lloré, mala costumbre de doler, de preferir los besos sobrios y contigo. Esa noche también nos besamos borrachas, hablando visiones y …


III

Entré por tu boca para recorrer tu cuerpo.
Por dentro; muchas veces, por teléfono.
Entré por tu boca y enlacé tu lengua con la mía en un nudo húmedo y ciego.
Marqué de nuevo para tocarte,
por dentro,
de lejos.
Me tocabas con la voz.
Con la letra escrita me rozabas los labios.

Y yo esperaba de tu voz bajita
la pregunta sucia que me masturbara.

El ultraje inocente de mi corazón manoseado.


IV

Nadie tuvo visión de esta vuelta. De tan lejos y tan oscuro que ya no se ve el mar, y yo queriendo dormir sobre tu hombro para escuchar tu pecho abierto. La sensación de domingo en la noche, llegando a casa a planchar el uniforme, cuando el lunes hay prueba y nadie ha estudiado.


V

Gracias por tomarme el corazón, por manosearlo.
Por dejarlo opaco de grasa, sucio y desgraciado.
Gracias por manosearme el corazón
que ya lo creían muerto de borracho y viviendo bajo un puente.
Gracias, linda, por manosearme el corazón
que se sintió cosido con tu nombre y lo abrazó fuerte.

Gracias por tomarme el corazón,
que quedó sin brillo,
pero sintió el calorcito de tus manos grandes
abrazando la visión nocturna.

miércoles, 1 de abril de 2009

A mano.