miércoles, 22 de julio de 2009

Quién me querrá?

Quién me querrá
Si me faltan pedazos de cuerpo y tengo cicatrices asquerosas
Cuando mi piel rasposa rompa las sábanas
Si me derrito como un marshmellow con el calor y no me veo y les doy asco

Quién me querrá
Con los dientes amarrillos, con las manos duras
Con lo que me cuesta sostener una idea
Con mi ropa mal combinada y escandalosa

Quién me querrá
Si hablo como no sabiendo hablar y digo más insultos que sustantivos
Si nadie me ha querido
Si me siento desechable, calcetín roto, pañuelo usado.

Quién me querrá
Cuando sienta mi olor a mugre
Cuando vea mis uñas sucias
Cuando se me quiebren los ojos y se derramen en sangre viscosa.



(Al más puro estilo Christina Rosenvigne)

viernes, 17 de julio de 2009

La pena de los gatitos ausentes.


Los gatitos se salen, se pierden unos tras otro, mientras caminan con la seguridad a punta de bigotes. Yo les curé las heridas, les cosí piel nueva que es la mía propia; yo limpié sus ojos destrozados en peleas y besé sus lomos escuchando en rrrun rrrun de su barriga.


Ahora los gatitos que salen no vuelven y están hartos del cariño maternal.


Yo no puedo retenerlos en mis brazos, con cariño, sin sangrar en los rasguños.


Suspiro no llega hace casi 3 días y me preocupo, porque se va sin avisarme y me duele el pechito que esté lejos, que le pase algo malo. Suspiro tiene mis malas costumbres y se va sin decir nada. Yo me duermo sola y miro por la ventana por si viene a tocarla.
Si Suspiro no vuelve yo me muero un poco, porque me deja sin sus ojitos tristes, sin cariños en la cara, sin rrrun rrrun en las orejas; solita.

martes, 14 de julio de 2009

Crímenes Perfectos.


Aún preparando el crimen perfecto tu daño sería el más perverso.
El papel de victima no te queda Darling
(me destrozaste tantas veces que casi me hago polvo)
El rol de mártir no te viene Honey,
pasó de moda en los noventas junto con el grunge y los pantalones rotos.
Aún disparándote tres veces no tendría culpa
(yo tontita)
(quería cuidarte)


(a veces me caigo en pedazos por quererte)

Aludo defensa propia y no venganza



Y desaparezco ganando este último duelo literario.



(el dibujo es mío, igual que las cicatrices)

Blandito

A veces siento que estoy hecha de un material blandito, de muñecas de trapo como cliché de la infancia, de algodón sintético cosido con los hilos hacia afuera como las tripas, como malhechito. Nunca he rematado el punto; y me tiran de un hilo y me desarmo. Estoy hecha de sustancias rosadas (nada más patético) estoy llena de marshmallows y guagüitas deformes, algunas sin cabeza otras sin patitas. Soy de plasticina, de forma rearmable me produzco de materiales informes, de colores que mezclados dan un café bien parecido al excremento. Soy de masita amorfa y apretable, inestructurada en comparación con huesos y carne, bastante fea en relación a mis pares. A veces me gusta que alguien venga y juegue a armarme, a darme forma; a tirar el hilito para así empezar de nuevo.

viernes, 3 de julio de 2009

Capítulo veintidós: litoral central.

La playa huele a zoológico. Se juntan todos los olores, todas las razas. Los niños llegan con pantalones bajo la rodilla y la niñita del peinadito canta “yo te conocí por mensiyer”. Comienza la construcción del puente entre las ventanas, yo creo que se va a caer. Alguna familia trae un perrito “mira el perrito” no hay discreción “uhhhh, que chiquito”. El puente no se ve firme.

“¿Dónde está mi princesa? ¿dónde está mi sirena?” el viejo ebrio se arrastra como serpiente, más bien aplastada, no se para y una tabla sale de la ventana para llegar a su homologa el edificio del frente. ¿Dónde está mi princesa? El viejo la agarra y le toca las piernas. Vuelvo al libro, la imagen es asquerosa y da un poco de pena; es como ver las noticias. Todo el bullicio. Somos once y somos C3 como todos, somos grandes y vistosos, somos siete toallas y dos quitasoles, somos pan de huevo y merengue. Al lado ella lo conoció por mesinyer y sal de aquí conchetumare, subía todo el día fotos al fotolog, pero eso fue el año pasao, tay puro gueando.

El viejo guatón busca-princesa-de-once-o-diez-años, como si fuese ciego, busca a tientas palpando sus piernas flacas de arriba a abajo, pero el puente no es puente, es una tabla. Siento que veo tele, porque la princesa no es princesa y el puente es tabla, mientras el viejo babea en besos a la niña que ríe nerviosa. Es de mala educación mirar esas cosas de tan cerca. La tabla llega a la ventana del frente.

En la orilla, donde los pies se mojan de pura espuma, la gente parece más linda, porque el sol ciega un poco y no puedo abrir bien los ojos; pero este puente pobre, otrora llamado tabla, no puede sostenernos. Nadie puede cruzar. Y caemos.
(texto no terminado escrito hace cien años mientras leía el capítulo 22 de Rayuela)