miércoles, 29 de octubre de 2008

Jimena se escribe con X


Ximena se escribe con X, con e q u i s, como la marca de las cosas especiales, de las cosas favoritas.
Ximena se escribe con X, con una gran equis de dos palos cruzados que marcan el nombre de heridas y de personas elegidas con pinzas rosadas para hacernos la vida más feliz.

Ximena se escribe con la X que está marcada en mi vida para siempre y por eso no la dejo ir jamás.
Porque la apreto tanto-tanto para que no me deje, porque yo no voy a dejarla.
Porque estamos únidas desde el corazón roto, desde las cicatrices, desde las cosas que te digo y te hacen reir.
Nos unen los domingo en mi cama, hablando/riendo/pelando/cantando/llorando.
Ximena, te aviso:
Me une a ti para siempre un dibujo que hice en mi croquera, para recordar siempre que eres la mejor, la más linda, la más importante (para mi), con la que siempre quiero estar.



No voy a perderte entre llantos y mocos, porque siempre tendré un pañuelo para limpiarte.
y siempre voy a calentar tus pies cuando esten frios.


Ximena!!! te adoroooo!!!
Te quiero más que a todo y te conjuro para quedarte en mi vida siempre.
He dicho!

Predispuesta (al fracaso)


Seamos esto?
Yo puedo ser la tercera... la que lee y cree mientras tú te besas con otra...La que tiene tu papel en la mano y lo sueña

Seamos algo; amigas?

Quiero ser de ti sin que tú seas mia
Sin ahogar lo que no ha empezado

Llenemos de agua mi pieza y nademos?
solo 2
nademos solo 2 y veremos si se ahoga la idea antigua, la que tiene más años que yo

Ojalá se ahogue con sus bolas de colores
ojalá le aprienten tanto el cuello que la ahoguen y me dejen ser feliz
cuando caigan esas perlas yo podré besarla y decir "te quiero desde siempre"

Cuanto espero?

Será que Nazif Topçuoglu cuando piensa en nosotras también piensa en ella?
En ella, que nos mira, mientras tú tratas de mostrarle todo lo que hacemos
lo-que-no-hacemos
lo-que-no-somos
Lo que son ustedes sin mi
Todo a lo que no fui invitada y que, cruel, me haces mirar de lejo
Y me miras con esa cara y yo digo: Hello, I'm good for nothing - will you love me just the same?
Y ahora ya no entiendes inglés solo la entiendes porque todo lo que hubo siempre fue suyo

de 2

dedos que no son mios

que estoy condenada a mirar desde la ventana de la pared rosada
Mientras escribes para mi, para otra, para otra y para otra
Y yo leo sólo por sufrir







Nazif Topçuoglu la lleva. De él es esta foto que me mostró generosamente la ximena

Nazif Topçuoglu la lleva.Siempre saca fotos de fletas y yo fletamente le escribo a otra fleta.Siempre a otra fleta

domingo, 26 de octubre de 2008

La hermosa sensación del ciudadano consciente.

Hermosa sensación es la de votar en Chile hoy, domingo 26 de Octubre, un día donde es sol no brilla y el viento no sopla. Un día encerrado que pintorescamente llamamos “abochornado”. Un día donde no sabes si salir o quedarte, y en verdad la decisión que tomes no importa, porque de todos modos morirás de calor, este calor terrible que te hace sudar, y de sed que no se quita ni con la mejor bebida de fantasía.

En un día como hoy (de hecho no “como hoy” sino HOY) nuestro país se vuelca entero sobre los colegios más feos y desarmados para emitir una valiosa opinión y elegir así a sus nuevos alcaldes y concejales.
En un día como hoy… los días de votaciones siempre son como hoy, pues si mi memoria no me falla, podría asegurar que ningún día de elecciones ha sido un día normal, con un sol normal, un nublado normal o un viento normal. Siempre en estos días es como si los dioses de la votaciones y los tiempos se pusiesen de acuerdo para que a uno le dé la más enorme flojera salir, para que uno se aburra, para que no den ganas de trabajar ni cocinar ni nada.

En un día como hoy (que ya sabemos que es HOY) yo, Paula Reneé Martínez Fernández, he votado por primera vez en mi prostituta vida. Hoy, que extrañamente es un día como hoy, emití mi voto después de dar incontables vueltas por mi casa antes de siquiera pensar en salir. Hoy, solo como hoy, tomé mi bicicleta y me dirigí, en contra del viento detenido con olor a papafrita, hacía mi local de votación: un colegio por el que pasé todos los días de mi vida de estudiante de enseñanza básica, al cual recuerdo haber entrado un par de veces solo para vivir alagunas de mis primeras experiencias traumáticas con sujetos del sexo opuesto. Hoy, como si fuese un día como hoy, entro a aquél recinto con 21 años a cuestas, con mi bicicleta vieja, con mi cédula de identidad y mi cartoncito para votar. Hoy, pensando que es un día como hoy, entró con paso decidido y con la convicción ciudadana para emitir mi voto

Ya estando con mi voto en la mano, con mi papelito lleno de nombres de gente que nunca he visto y con mi lápiz mina Faber-Castell HB me siento con la increíble libertad de darle rienda suelta a mi imaginación en un sinfín de garabatos, dibujitos (puros picos, obvio), rayados, mensajes, besos, escupos, cacas, peos y pichices antes de volver a envolverlo y con toda la baba que he acumulado poner la estampilla que sellará mi muy bien fundada opinión
.
He ahí el primer voto de mi vida transformado en una invaluable obra de arte, pero ahí no termina la historia.
En un día como hoy, claramente hoy mismo, al ciudadano responsable se le encarga la loable tarea de manifestarse mediante 2 votos. ¡Qué felicidad más grande la que nos embarga al saber que nuestro voto cambiará doblemente la vida en este paisucho de mierda!
Pues bien, como yo hoy en un día como hoy soy una ciudadana responsable he de cumplir mi deber eligiendo a mis futuros concejales, para lo cual mis comensales de la mesa 99 a quienes se les ha encargado la hermosa labor de ser “vocales de mesa” me entregan un lindo papelito con 347 nombres de los cuales apenas había escuchado 2. Fue en ese momento donde tuve la revelación divina y vino a mi cabeza como un rayo del Señor el nombre Juan López. Juan López asomó su nombre en el papel, pero no solo eso, inundó mi cabecita con una bella canción, una de las mejores canciones de todos los tiempos, la más linda, la más elegante, la más gay: YMCA (güai-em-si-ei) de Village People.
Cuanta sería mi alegría al recordar aquella camioneta que pasaba con esa musiquilla que mi mano sin pensarlo yo antes, trazó la marca vertical sobre la rayita al lado de mi querido López.

Así ha sido más o menos mi día de hoy, mis queridos lectores imaginarios.
Ahora me cansé de escribir las tonteras que pensé mientras paseaba en bicicleta con la libertad de ser una persona responsable, pero aún con la precaución de no ser atropellada.
Tenía muchas cosas más que decir que, obviamente, ya olvidé.

Sucedáneo de “Visión Terrible”


Suspiro tuvo una visión terrible:
Yo río mientras tú me robas el corazón, lo muerdes sin cocer los pedazos dispersos.
Sabor frutilla –frutillapodrida- no podrá gustar.

Él(la) vive en el pasado; en los cinco minutos que le desollaron y mutilaron su mano derecha.
Su mano derecha está marcada con 1390 días de amor odio
-NO-
-PARA-
-MÍ-

Está marcada con plumón permanente y punta de aguja.

Su pecho de mi parte está marcado con tatuajes al agua
(desapareces con alcohol)
Y solo te guardo ahora que lleno mi cajita con 124 visiones tuyas, cada una más terrible cuando ya no hay más.


[Tienes 48 horas para manifestarte, a favor o en contra, sabré antes que lo digas]

miércoles, 22 de octubre de 2008

Miss Prince Charming (Primera parte)

Día cualquiera / 2 a.m.


Miss prince charming abre la puerta y es como si el tiempo se detuviese. Camina entre la gente, desplaza el humo quieto y todos deben para a verla. Ya te había comentado lo linda que era, pero aún así la impresión es grande (gigante) cuando ella entra; decir linda es tan poco.
Te dije “Ella es” y ya de antes la mirabas con cara de asombro. Yo la miro desde la esquina con el gesto atontado que dura toda la noche y solo cambia para peor.
Ya no podemos mirar otra cosa, es la niño más linda del mundo.
Miss Prince Charming se acerca a nuestra mesa (paremos a verla) (no se puede) se acerca y casi toca nuestra esquina, pero solo saluda a su novia (una bestia sobremaquillada y diabólica) La besa con el cariño del mundo, yo muerdo mi labio.
Toda la noche lleva su nombre de príncipe azul, pelo corto y ojeras de niño cansado. Toda la noche no hacemos más que mirar-le.
Ella besa a su novia sin notar el hechizo que quiero hacerle. Ella habla con sus amigas y mira a su novia tan embobada como yo a ella. Le pide bailar, pero la maligna no quiere; le encanta decir que no. Príncipe azul se levanta y estira sus brazos mirando nuestra esquina.
-¿Quién quiere bailar?
Quedamos heladas, aún tiemblo cuando recuerdo. Mi cara estúpida delata el nerviosismo que no me deja hablar. Ella espera respuesta y solo nos movemos/deformamos no-sé-cómo, pero miss príncipe azul da la vuelta y busca un baile. Odié a esa vieja decrépita que dijo: “sí bailemos” y creo que su novia horrenda también la odió cuando dejó de ser el centro único de su atención.
-Dale Xime, vamos a bailar- digo, y príncipe azul ha desaparecido con su novia/monstruo.
No lo decimos, pero la buscamos con la mirada hasta verla discutiendo con “la horrida esa” –discute conmigo- pienso/miro/salivo -discute conmigo, por favor.
Devuelta en las sillas Señorita príncipe azul se ve de frente, bailando/brillando, con sus amigas.
-Dale Xime, vamos a bailar- y antes de terminar la frase estamos instaladas a su lado.
Ella me habla sin saber quién mierda soy.
-Mi novia se enojó, porque bailé con otra- me dijo medio pelando.
-No puede enojarse, era una vieja de 100 años.
Ella ríe y me deja ver su único defecto en un diente. Es el defecto más lindo que haya visto y me dan ganas de besarla.
-Xime, te fuiste al baño! Estoy bailando sola!
-Baila con nosotras- dijo príncipe, mientras en mi cabeza ese “con nosotras” se deforma rápido en un “conmigo”.
Mano suave en la cintura, suave y delicada; pre-orgasmo automático mientras intento hablar cualquier estupidez con la lengua trabada.
-trabajo-sí-nariz-operación-entera-potoduro-
Idiota yo, nunca sé hablar.
Xime-bailamos, bailamos, nos dispersamos, príncipe desaparece. Su próxima aparición será otra vez discutiendo con ella (la mala), enojada se va al baño, yo voy a buscarla y sale corriendo antes que llegue. Pasa por mi sin darse cuenta, vuelve a discutir, pero jamás conmigo.
-Dale Xime, vamos a bailar.
Y en eso nos pasamos las horas, bailando(la), mirando(la), hasta que estalla todo.
Todo se distorsiona y se va a la mierda un rato, un rato largo. Todas ebrias (menos nosotras) se ven raras, todas se ven más feas, menos príncipe que tiene esa belleza del caos, de la (post-entre) discusión, de la rabia de amar tanto a la perra que la hace sufrir solo por el gustillo de poder.
Todo lo pienso y la veo entre todas. Distorsionada. La veo sufrir.
Miss Prince Charming sube al escenario y, con presencia pequeña, pide una canción.
-Dedicada a Laura Pino*- dijo
Dedicada a su espantosa novia quien se va así-como-así al baño dejándola sola. Sola con todas las babosas que miramos como su voz, desafinada y chiquitita, trata de decirle que la ama tanto que duele. Que la ama, pero ya no puede más, ya no puede sufrir más- y su voz se quiebra. (Miramos, pensamos que nos canta). La ojeras de niño cansado ya no quieren llorarla, pero no lo evita, porque la bonita siempre es la que ama, la buena siempre se equivoca, la chica más perfecta nunca está con quien debiese estar y su corazón elige, a pesar de todas, a la chica más perversa y cruel que encuentra.
Por eso apretó las manos sobre mis propias manos, me muerdo los labio otra vez y quiero salir corriendo.
-Xime, te tinca si nos vamos?
Recoger las cosas de la esquina y decir “adiós, gracias”
Príncipe azul bajo del escenario.
-Chao- le digo despacito para que no escuche -Chao- le digo mientras le tomo el brazo en un impulso imántico**.
-Chao mi amor, cuidese- dijo ella mirándome apenas, pero con los dos brazos rodeándome (mojándome) (suavecito me rodea con las manos)
Beso en la mejilla y media vuelta.


Nunca supo que sus brazos se quedaron conmigo dándome esa sensación que me hizo gritar cada vez que la vi.





*Puse su nombre real, y qué?
**de aquí salió esta palabra, este neologismo que ya hemos adoptado como nuestro.

Deported.


Hoy te deporto de mi vida, desgarro tu recuerdo y es como quemar mi corazón por dentro dejando fuego y heridas húmedas.
Eres el dolor de días pasados, la risa nerviosa que me cortaba los brazos, las manos que se deshacían una sobre la otra, una y otra vez.
Eres la perra mano que me dio de comer, pero me quitó el hambre.
Hoy te deporto por haberme destrozado, por cortarme en pedacitos y guardarme en cajas iguales a las otras. Por dejar que mi sangre se juntara con la tuya y doliera al despegarla seca.
Te deporto con las mismas letras rosadas que leí en tu interior y bordé en mis calzones.

Te deporto (PUNTO) y me quedo sola con el dolor falso.
You have been DEPORTED today.
Now.

lunes, 20 de octubre de 2008

letra10escritaconrojo.


No te vi los ojos cuando despertaste, pero seguro brillaban menos.


A veces al despertar las cicatrices son más vistosas y no se pueden esconder bajo las mangas. Salen y nos recuerdan un pasado-no-pisado que nunca queremos mirar, pero está como un presente tácito que nos quemó la piel.
A mí también me pasa y quiero esconderme, irme lejos. No podemos movernos, te beso suavecito y ahí están las heridas que nos desangran los pasos. Ahí están las heridas rojas, rojas fresquitas. Fresquitas siempre. La sangre fresquita eterna que te deja quieta, te pega en las sábanas y te sientes muerta hasta la próxima herida.
El dolor te recuerda que estás viva y lo haces otra vez. LA piensas otra vez, en los sueños combinamos los dolores y tu mano entre mis piernas de pronto abraza a otra.

Cuando vi, tus ojos no brillaban; ya no me mirabas. Quizás te dio vergüenza decir que no me quería ahí.
Ahí, tendida al sol, yo me sentía bien aunque tu voz fuese diferente.
No quise mirarte, sólo te pensé con los ojos brillantes, con voz ronca alegre, con risa de las palabras que digo para hacerte reír.

Palabras corto-punzantes y acostada al lado sueño que los alfileres se entierran en mis piernas y no duelen, porque el dolor es para quienes quieren sentirlo. No es para nosotros que evitamos, evitamos profilácticamente y, como si fuese enfermedad, nos protegemos.
En una lista de prioridades me ubiqué cuarta o quinta mientras la señora le hablaba a mis brazos vistosos de esa tarde después de abrazarte y no-besarte como si fuese la última vez.

Voy a romperme para sentirme bien y liberar los que no se identifica por dentro.

Voy a morder tu oreja fuerte para que puedas sentir de nuevo, sentir no-rico, como antes.
Solo sentir que tu piel es tuya y nadie la quitó


Ojalá puedas sentir con otra lo que sentiste con la letra anterior al 10.

lunes, 13 de octubre de 2008

Monocromo.


(Ximena, siempre te copio)

Pero tiene tanto sentido hacerlo cuando hasta el verde-pasto se pierde entre todo. Entre las máquinas que vaticinan el fin del mundo con ruidos que no dejan pensar y cubren todo de polvo: levantan la tierra y la cambian. Levantan la tierra y la cambian dejando el suelo más gris que se ha visto.
Pierdo la noción del color y cuando estoy sola me miro por dentro; por dentro gris-tripa con dolor incrustado pálido, gris-frio tan parecido al resto que casi no se ve. Y el dolor no sale porque la pastilla antes-verde-ahora-no guarda todo lo que incomoda para no punzar, para verlo después.
Y así pasa.



(but don't be scared, i found a good job and i go to work every day on my old bicycle you loved)



Y me miro dentro llena y busco la espina que molesta, la parte de mi piel que pica cada día, pero no siento. Ya no tengo dolor y apenas me recuerdo viva si me pego en la cabeza casualmente. No tengo nada dentro, nada extraño: todo funciona. Perdí la capacidad de convertir los órganos en agua y disolverlos después, sacarlos. No boto nada, guardo todo como un tesoro triste que no existe.
No tengo dolor ni pena.
No tengo nada y apenas me recuerdo viva




(but don't worry i often go to dinners and parties with some old friends who care for me, take me back home and stay)


Nada me enoja y así pasa. Así pasan máquinas por mi casa y les grito con puro sonido vacío que sale apenas de la garganta y se siente ajeno. Sonido monocromo que sale en blanco y negro se pierde en el gris nuevo de las calles.


Se me pierde la vista y me vuelvo ciega.


Todo por dentro es del gris-común-recordable, nada nuevo.

La piel pica por costumbre de querer cambiarse.

El cuerpo mueve por inercia.


La espina clava blanca.

La piel se libera en un corte negro que no puedo hacer.

( )

Quiero subir algo aquí, quiero que lo lean como si fuese importante o bueno. Necesito su atención como un perro necesita de cariños falsos en la nuca para saber que sus amos no van a matarlo. Quiero escribir algo, pero estoy vacía y sigo intentando mirarme por dentro como si algo fuese a aparecer.
Pero no.
Quiero llenar todos los espacios de mi vida para que parezca que todo está bien. Quiero llenar todo y que las cosas se caigan de tantas que hay, que cedan, que me cubran y no me dejen ver. Que se lleven el horror vacuo y quedemos en una felicidad material intensa de mentiras que nos haga reír como cuadro de John Currin y que nos duelan los cachetes de tanto esforzarnos, de tanto estar felices de la vida mirando cualquier cosa, por fea que sea.
Quiero re-llenar todo hoy, pero estoy vacía. Estoy llena de tripas que no suenan porque ya no tengo hambre, porque hice un almuerzo rico y lo comí feliz. Quiero llenar todo con palabras, pero las que escribí ayer (ayer cronológico, no ayer poético-artístico-pico-peo-caca-mierda-y-weas) ya no caben aquí, porque así cambian las cosas. Así de rápido todo es bueno o es malo en un segundo.
Pero nunca se queda.
Aunque siga pensando que no estoy incluida en el “can you read my mind” de alguno.

[Es imposible que alguien (no siendo escritor) escriba algo bueno todos los días, por lo tanto me permito subir esto]


jueves, 9 de octubre de 2008

Los seis pisos de francés.


Piso 6 (Voy a cambiar de actitud al llegar a la planta baja)

Hay que ser estúpido para pensar como tú, para que no te fijes en cómo te aman y te dejarían amar sin critica alguna, cediendo todo. Cuando tú fueses la única estrella y te dejaras llevar entre comentarios que te hacen mierda solo porque ella te defiende, te hace la cama y te da desayuno. WEÓN. Eres el emblema de la mugre humana cuando les haces daño a ellas, aunque en cualquier mente eres incapaz de causar ese efecto. Te odio por darle con piedras en el corazón y dejarla rendida de forma irremediable. Te odio porque a veces piensas en hacerlo otra vez porque te conviene, porque (a mi no me hables de soledad) podrías hacerlo una y otra vez hasta buscar un corazón nuevo.




Piso 5 (Voy a cambiar de actitud al llegar a la planta baja)

Rabia contenida en el colon que no sé si aún tienes, rabia que forma cálculos y tratamos de combatir con laser hasta que no se puede más y todo se pudre por dentro. Atentos, saquemos esto, hay que extirparlo antes de volver a podrirse como la fruta más fea del cajón. Porque lo podrido duele si se saca a destiempo y tú lo sabes. Deja cicatrices feas que no queremos mirar, pero yo podría mirar y cuidar por ti. Rabia que te hincha y te hace gritar desde el intestino, porque yo sé que una persona normal no puede no fijarse en ti, porque te llamas de color rojo-fuerte, de esa fuerza que pasa y derriba todo y te deja mareado. Rabia este punto no es normal.




Piso 4 (Voy a cambiar de actitud al llegar a la planta baja)

Ella tiene el sexo deformado por dolor y llanto. No me digas que no lo sabes, porque yo también siento que a veces volvemos a los 15 y nos hacemos daño en los brazos y la entrepierna para sentirnos mejor. Maricónconchetumadremuéretehijodeputa. Déjala; que tiene la pena del mundo cargada en el útero que se rehúsa vivir a causa del auto-flagelo, porque es lo que hacemos al volver a los 15 y no a los 17. A los 17 nos corresponde estar muertos. Mundo de mierda, vida de mierda. Sacrifico mi pierna derecha por su felicidad, pero no se deja. Y a mí tampoco.




Piso 3 (Voy a cambiar de actitud al llegar a la planta baja)

No quiere tu segunda parte, pues la primera le pesa por innombrable. Si te pone la confianza y el esfuerzo tú la tiras por la calle y la dejas morir desangrada. Pena que te hace gritar y golpear las paredes cuando ya no estamos. Te hace rayar el muro como marcando tu cuerpo que se encierra y se contrae, que se cristaliza y no deja salir las palabras. Reconchetumadreculiaoindeseable. Tu voz no quiere entregarse ni a los más cercanos. Yo lo sé. Tu boca te devora y te duele y rearmarse por fuera para hacernos fuertes, porque te vemos fuerte y te seguimos. Porque tu fuerza es imantica.




Piso 2 (Voy a cambiar de actitud al llegar a la planta baja)

Muerde el punto justo entre el abdomen y la vagina. Muérdelo aunque sea con los ojos y haz que se sienta único, haz que se sienta primero antes de mirarme con los ojos de aceituna que quiero tener en mi cama y que goteé espeso, que goteé cuando nos hacemos una. Tú y yo una en mi cama. Yo una en mi cama. No espero más que eso, porque te fuerzo a mirar el punto exacto entre el abdomen y la vagina, solo para volver sola. Para irme sola.




Piso 1

.








[Soliloquio bruto dedicado a mis amadas Ximena y Claudia con todo el amor de mi corazón]



lunes, 6 de octubre de 2008

Leidi Betoven (o De las niñas que llevo dentro)





Tu vida cambió el nombre de mis hijas











y se hicieron voluntariamente tuyas.

miércoles, 1 de octubre de 2008

¿Puedo odiar a los Hipsters? (o el pokemonismo abc1)

Es la nueva ropa en nuestras tiendas, invade las vitrinas desde Alonso de Córdova hasta Banderas, no podemos andar por la calle sin mirarla. Sus atuendos repletan nuestras calles y son tema de conversación obligado para quienes gustamos, un poco pretenciosamente, del arte, la buena música y esas huevadas. Nos ciegan con sus pantalones, Nos empujan con sus maxi-bolsos. Nos tienen hasta las pelotas.
Son ellos, son la nueva sensación, la más reciente y sofisticada de las tribus urbanas: Los Hipster.
Claro, dudemos que a ellos les guste ser clasificados como “tribu urbana”, término tan manoseado desde el apogeo de nuestro gran programa nacional “El Diario de Eva”. No creamos que a ellos les da los mismo estar en el mismo saco que los adolescente “wenos pal ponceo” y superficiales. Ellos no quieren ir juntos. Bien, yo los separo, los ubico más abajo y los trato con menos cariño, pero ALTO! para clasificarlos, separarlos, hurgarlos, destrozarlos, etc. primero tenemos que saber… ¿Qué mierda son los Hipster?
Pues bien, como usted podrá imaginar, el término “Hipster” no es una cosa que haya salido de la originalidad criolla (al contrario de nuestro queridos pokemones y las envidiadas pelolais). La palabra Hipster viene de otra parte, yo no sé donde, pero me imagino que es inglesa o neoyorkina. Asumamos entonces que este estilo es un estilo importado o, como casi siempre se dice, copiado de otro país (sí, así como dicen los papis o los profes del colegio cuando nos retan por el desorden y el pelo de color) y por lo tanto un estilo demasiado amplio. Reduzco este análisis y anuncio: yo odio al Hipster chileno.
Entonces, usted podrá pensar, ¿Les odio por copiones? Y la respuesta querido lector es un rotundo NO! A mí me importa un pepino (vegetal que encuentro asqueroso) que estos tipos vayan y le copien a los músicos shuper indie que salen en las revistas caras que se compran. Claro, acepto que me molesta la literalidad al copiar porque, si hay que velar por la verdad en este articulo inventado, he de decir que todos copiamos. Y cuando digo todos, por supuesto, me incluyo. No puedo negar mi calidad de copia andante, soy una copia-todo. Incluso hoy le copié a Ximena y me compré anteojos de abuelito. Aunque claro, las personas tan estilosas como Ximena o yo o todos mis amigos sabemos que al copiar hay que dejar implícito el sello propio, sí, lo sabemos y los hacemos. Ella cultivando el estilo abuela-tierno-chic y yo picando a Rockstar-anarco-glamorosa.
Por el contrario el Hipster chileno deja el hermoso trabajo de buscar su sello y se limita a imitar fielmente la foto de la revista, el consejo de moda extranjero e incluso, por su propia falta de imaginación y sello, prefieren comprar la tenida completa igual a la del maniquí ahorrándose así la ardua tarea diaria de hacer combinar la ropa.
Sí, punto en contra, pero aún así NO es lo peor.
La ropa del Hipster autóctono es siempre apretada. Esto me hace recordar aquel hermoso artículo que salió en no-sé-qué revista o diario titulado “Generación Pitillo (casi gays)”. Es consigna del Hipster usar siempre su buen pantalón pitillo, por lo tanto, la llamada “Generación Pitillo” para mí se desplegó como una especie de proto-hipster, pero eso es volá mía.
El asunto es el siguiente, pensemos un poco, ¿A qué tipo de persona le queda bien la ropa apretada? y, obvio, no hay que ser muy inteligente para saberlo, la respuesta es: A la gente flaca.
Segundo punto en contra (un poco más grave): El Hipster tiene que ser flaco y quien es rellenito, como una, queda imposibilitado de pertenecer a este club del esnobismo y es catalogado como un simple “alternativo”, “freak” o “nerd”. Elitismo en la pesa señores!!! Muchos se quedan fuera, otros tratan de bajar de peso y en muchos casos nuestros pobres jóvenes terminan anoréxicos, bulímicos, famélicos, enfermos y feos (sin nombrar los problemas de piel suelta y estrías que trae consigo cualquier baja abrupta de peso ¡Dios nos libre!). Este hecho puntual podría ser una de las razones de los problemas alimenticios del mundo, llegando incluso a explicar el hambre en África y la situación aberrante de Somalia, pero estos hechos no he de comentarlos ya que aún están en desarrollo.
Otro: ¿sabe usted cuánto vale la ropa Hipster? Si no sabe, que no le vayan con el chisme, entérese ahora: caleta! es costosa, muy muy cara.
Si al costo de la ropa le agregamos el punto de discusión anterior de la flaqueza, podremos deducir fácilmente que un Hipster es (o pretende ser) ABC1. Su fenotipo y la plata el su bolsillo lo delatan, no nos engañan con el look desgarbado, sus narices respingadas y finas, su pelo rubio, su figura desnutrida siempre pesarán más que los pitillos chillones gastados.
Hipster, te hemos descubierto, eres abajista. Abajista de la peor calaña, pues, aunque aparentas ser un tipo clase-media despreocupado odias que te comparen con las tribus que gustan del reguetón y el colo-colo. No te gusta sentirte parte de una tribu, te gusta sentirte shuper diferente, shuper especial, porque tú sí que sabes de estilo.
Me pregunto ahora ¿qué hace sentir “especial” a un hipster?
Debe ser su incomparable sentido estético que se nota a veinte kilómetros a la redonda (aclaro: léase lo último con tono sarcástico y ¿20 kilómetros? Obvio, no hay quien NO vea a un hipster si este se esfuerza en encontrar lo colores más enceguecedores del planeta). Este debe ser el ejemplo más típico: ¿ha visto usted algún grupito de chicas y chicos flacos vestidos en colores flúor, usando jockeys en el mismo tono del pantalón y las zapatillas, con poleras blancas, grandes y con dibujos y con sus gafas imitación ray-ban wayfarer?
¡SÍ PERSONITAS! Todos los vemos a nuestro pesar y notamos como se reproducen y como lucen sus inmensos conocimientos de diseño que se reducen a hacer unos increíbles monitos de ojos chicos y separados que tienen bocas grandes, que son como masitas informes increíblemente parecidas todas.
Pues bien ¿en qué se basa el sentido estético de estos personajillos? ¿De dónde (shusha) salen estas personas tan creativas? Me he dado cuenta que estos sujetos se reproducen en los ambientes del artishta alternativo, es decir, suelen estudiar cosas como artes plásticas o diseño. Sí, común es ver sus plastas dibujadas con plumón en las proximidades de TODAS las facultades de diseño. Privadas o públicas, desde la ponti a la San Marino*, ninguna se salva de la invasión Hipster. Claro está que no son todos iguales y que el hipster de la PUC por abajista que sea siempre creerá que es más talentoso que el del CFT Robinson Johnson Tercero* aunque sus plastas seas las mismas, aunque los dos caguen igual de hediondo.
¿Será esto todo lo que caracteriza a mis sujetos de estudio? Pues no, aunque usted no lo crea, aún hay más.
Recordemos que en un principio he mencionado el hecho de que un buen hipster compra revistas de música cara, y ¿por qué será? Obvio, ve las fotos de sus referentes internacionales y las lee… ¿Las lee? Me da igual, el asunto es que siempre sabe todas las últimas novedades de la música indie en cualquiera de sus derivaciones. Lo saben todo y les encanta hacer gala de eso contándoles a sus amigos que se enteraron antes de este grupo nuevo muy extraño de Chipre o Camboya que hace una música tremendamente especial con sonidos de ranas amarillas del lago Guanajuato y pétalos silvestre de flor del loto. ¿A quién le importa? A ellos (y a mí también, lo reconozco, me gusta conocer música nueva). Son ellos una competencia constante de música desconocida y difícil de encontrar que consiguen por internet a precios ridículos, mientras uno, simple chileno medio que gusta de aquella música se queda con la versión más charcha de una canción que logró encontrar en la web, la versión más recontra re-grabada y que se escucha apenas.

Pues bien, eso es un Hipster.
¿Odiable? ¿Son razones justas y suficientes para odiar y desear la muerte de todo ellos?
Yo no sé y la verdad no me importa.
Pero los odio porque usan TODOS la ropa que yo busqué durante años y no encontré, la ropa que no me queda bien.

Los odio por su fenotipo perfecto, delgado y elegante que yo jamás conseguiré.
Los odio porque tienen la plata para comprar todo lo que yo quiero y NO PUEDO comprar.
Los odio porque tratan de quedarse con la chica que yo quiero y casi lo consiguen.
Los odio porque tienen los discos y libros que yo quiero tener.
Los odio porque van a todas las fiestas y su estilo es más apreciado que el mío.
Los odio porque aunque no tengan talento son más reconocidos que yo en el círculo del arte joven.
Y sobre todo los odio porque no leerán esto y si llegasen a leerlo no les importara ¿Por qué?
Porque ellos son hipsters la sensación del momento y yo, a mucha honra, no.


*Estos son nombres inventados y si coinciden con nombres reales me daría mucha risa que alguien estudiase ahí.