miércoles, 22 de octubre de 2008

Miss Prince Charming (Primera parte)

Día cualquiera / 2 a.m.


Miss prince charming abre la puerta y es como si el tiempo se detuviese. Camina entre la gente, desplaza el humo quieto y todos deben para a verla. Ya te había comentado lo linda que era, pero aún así la impresión es grande (gigante) cuando ella entra; decir linda es tan poco.
Te dije “Ella es” y ya de antes la mirabas con cara de asombro. Yo la miro desde la esquina con el gesto atontado que dura toda la noche y solo cambia para peor.
Ya no podemos mirar otra cosa, es la niño más linda del mundo.
Miss Prince Charming se acerca a nuestra mesa (paremos a verla) (no se puede) se acerca y casi toca nuestra esquina, pero solo saluda a su novia (una bestia sobremaquillada y diabólica) La besa con el cariño del mundo, yo muerdo mi labio.
Toda la noche lleva su nombre de príncipe azul, pelo corto y ojeras de niño cansado. Toda la noche no hacemos más que mirar-le.
Ella besa a su novia sin notar el hechizo que quiero hacerle. Ella habla con sus amigas y mira a su novia tan embobada como yo a ella. Le pide bailar, pero la maligna no quiere; le encanta decir que no. Príncipe azul se levanta y estira sus brazos mirando nuestra esquina.
-¿Quién quiere bailar?
Quedamos heladas, aún tiemblo cuando recuerdo. Mi cara estúpida delata el nerviosismo que no me deja hablar. Ella espera respuesta y solo nos movemos/deformamos no-sé-cómo, pero miss príncipe azul da la vuelta y busca un baile. Odié a esa vieja decrépita que dijo: “sí bailemos” y creo que su novia horrenda también la odió cuando dejó de ser el centro único de su atención.
-Dale Xime, vamos a bailar- digo, y príncipe azul ha desaparecido con su novia/monstruo.
No lo decimos, pero la buscamos con la mirada hasta verla discutiendo con “la horrida esa” –discute conmigo- pienso/miro/salivo -discute conmigo, por favor.
Devuelta en las sillas Señorita príncipe azul se ve de frente, bailando/brillando, con sus amigas.
-Dale Xime, vamos a bailar- y antes de terminar la frase estamos instaladas a su lado.
Ella me habla sin saber quién mierda soy.
-Mi novia se enojó, porque bailé con otra- me dijo medio pelando.
-No puede enojarse, era una vieja de 100 años.
Ella ríe y me deja ver su único defecto en un diente. Es el defecto más lindo que haya visto y me dan ganas de besarla.
-Xime, te fuiste al baño! Estoy bailando sola!
-Baila con nosotras- dijo príncipe, mientras en mi cabeza ese “con nosotras” se deforma rápido en un “conmigo”.
Mano suave en la cintura, suave y delicada; pre-orgasmo automático mientras intento hablar cualquier estupidez con la lengua trabada.
-trabajo-sí-nariz-operación-entera-potoduro-
Idiota yo, nunca sé hablar.
Xime-bailamos, bailamos, nos dispersamos, príncipe desaparece. Su próxima aparición será otra vez discutiendo con ella (la mala), enojada se va al baño, yo voy a buscarla y sale corriendo antes que llegue. Pasa por mi sin darse cuenta, vuelve a discutir, pero jamás conmigo.
-Dale Xime, vamos a bailar.
Y en eso nos pasamos las horas, bailando(la), mirando(la), hasta que estalla todo.
Todo se distorsiona y se va a la mierda un rato, un rato largo. Todas ebrias (menos nosotras) se ven raras, todas se ven más feas, menos príncipe que tiene esa belleza del caos, de la (post-entre) discusión, de la rabia de amar tanto a la perra que la hace sufrir solo por el gustillo de poder.
Todo lo pienso y la veo entre todas. Distorsionada. La veo sufrir.
Miss Prince Charming sube al escenario y, con presencia pequeña, pide una canción.
-Dedicada a Laura Pino*- dijo
Dedicada a su espantosa novia quien se va así-como-así al baño dejándola sola. Sola con todas las babosas que miramos como su voz, desafinada y chiquitita, trata de decirle que la ama tanto que duele. Que la ama, pero ya no puede más, ya no puede sufrir más- y su voz se quiebra. (Miramos, pensamos que nos canta). La ojeras de niño cansado ya no quieren llorarla, pero no lo evita, porque la bonita siempre es la que ama, la buena siempre se equivoca, la chica más perfecta nunca está con quien debiese estar y su corazón elige, a pesar de todas, a la chica más perversa y cruel que encuentra.
Por eso apretó las manos sobre mis propias manos, me muerdo los labio otra vez y quiero salir corriendo.
-Xime, te tinca si nos vamos?
Recoger las cosas de la esquina y decir “adiós, gracias”
Príncipe azul bajo del escenario.
-Chao- le digo despacito para que no escuche -Chao- le digo mientras le tomo el brazo en un impulso imántico**.
-Chao mi amor, cuidese- dijo ella mirándome apenas, pero con los dos brazos rodeándome (mojándome) (suavecito me rodea con las manos)
Beso en la mejilla y media vuelta.


Nunca supo que sus brazos se quedaron conmigo dándome esa sensación que me hizo gritar cada vez que la vi.





*Puse su nombre real, y qué?
**de aquí salió esta palabra, este neologismo que ya hemos adoptado como nuestro.

1 comentario:

ximenerd dijo...

yo la vi y quedé mal, y eso que la había visto antes y sólo recordaba su novia monstruo, esa que te quiere golpear esa que parece travesti y pájaro ala vez y que se parece a la ex de lindsey. En cambio Miss Prince Charming es niño mujer triste y enamorada, baila que baila y tiene los ojitos negros como oRyan de The OC, esa miradita de animal asustado que quiere dar amor. Y su amor es rechazado. Es basuriado, es un accesorio más dentro de la cama antes de dormir.

Ximena encantada de la chico más guapa que ha visto


Ximena bailando con Pola para que se acercase a ella y le hable a ella con sus poderes fucsisticos.

Miss Tammy
Miss Prince Charming