miércoles, 25 de febrero de 2009

Un cuento de cómo me hice zurda imaginaria.

Ahí andaba caminando y me encontré con tu golpe, con tu corazón entregado que me pegó en la cara. No supe si darme vuelta o saludar. Mejor salí corriendo para que no me vieras y para que yo no te viera y para que ella tampoco me viera y se riera en mi cara porque claramente ganó la guerra tácita por llegar a tu piso. Subió mejor, más rápido y antes. Y yo salí corriendo por la fuente y el pasto verde. Me caí de boca y me comí la jaqueca, la ja-ja-ja-jaqueca que se instaló entre ojo y ceja al lado derecho de mi cara. No me gusta el lado derecho, tengo la secreta esperanza de ser zurda algún día. Ambizurda. Me quedé leyendo, tomé una cerveza muy roja que me gustó, era muy rica. A las 18:58 lo que más quise fue vomitar y sacarme el ojo derecho con una cuchara. Eso, o ser zurda. La ja-ja-ja-jaqueca me viene a ver más seguido, me trae unas nauseas que no te explico. No me ha dejado sola. Cuando llegué a mi casa alguien se había comido mi chocolate y hacia un calor del infierno. No me duché, era muy tarde. Me lavé la cara con la mano izquierda dejando espacios sucios, pero ensayando la zurdera que he querido adoptar. Quise salir a ver libros, cara sucia y todo, pero me duele entre el ojo y la ceja diestra y las cucharas me dan miedo, tienen un cierto aspecto liquido-amigable que no me gusta. Me gustan las pastillas rojas, pero últimamente no sirven para nada y me recuerdan un sabor malo. Me enamoro. Quiero salir contigo, con ella, con otra. Quiero llevarlas a todas de la mano izquierda y contarles como pude volverme seca, zurda y cambiar de color como camaleón africano (lo vi en national geographic). Escucho música romántica que a ambas les gustaría. No sé qué oído funciona mejor, preparo un experimento para saber más. Tal vez un día seamos tres o cuatro escuchando la música fuerte y bebiendo. Y yo les cuente como me hice tan zurda corté mi mano derecha.

Riendo para no llorar.

1 comentario:

ximenerd dijo...

hey lola lolein, yo quiero tener un peinado lujurioso

y contarte la vida de la zurdosería

a mi me gusta ser zurda, aunque camuflo el uso reiteradod emi mano derecha que se adueña constantemente de mis decisiones, pero sé que la izquierda tiene sus aficiones tranquilas y específicas, mientras que la derecha siempre quiere hacer todo el trabajo, es más aprovechadora es más viva comoquien quiere decirlo de alguna forma...

y claro, mi izquierda lee primero pero lee callada, la izquierda es la primera como le gusta ser la últimaporque la ñultima es la primera, porque se comienza por la derecha y se termina por la izquierda, asi que mi izquierda nunca toma la iniciativa, asi como yo entera, o sea, yo soy mi izquiera y mi derecha es la que hace, pero de corazón soy zurda y escribo y dibujo y me saco los mocos con la izquierda, asi que le tengo un amor más especial. de hecho le tengo amor. a la otra, le tengo afecto, por empeñosa. Pero

Pero por ser derecha

no me importa tanto

mas la izquierda tiene ese qué sé shó, ese yo no se qué, ese que soy un poco yo. la zurda de lentes, la zurda de pies izquierdos, porque a falta de destreza, diestreza tengo zurdería.

Tengo que imaginarme cómo sería escapar de tu derecha de tus derechas que en realidad son como tus pares. siempre he asimilado que ser diestro tiene que ver con ser par. Yo gusto de la impar, de lo asimetrico de lo torpe de lo ´mal pario del no concedido. siempre he creído que a gato bien puesto botas han de regalar y que la pola y la ximena siempre tienen que estar con ellas y mezcladas, pero eso es harina de otro pan

claro s´. la pena

la pena es zurda es triste y es impar
es otoño y primavera que no existen de verdad, es chocolate escondido entre caries. supongo que tu dolor de cabeza podría ser parecido a mi vomito repartido por todo el baño, un dolor que dice "ho no mi Dios!" sin acordarse que lo dice. y que se viene arrastrando con los ojos cerrados con las puntitas de los botines arrastrando esperando que su mano derecha le guía porque la zurda le tapa la vista y le tapa la boca porque por la boca vomita el pez

oye pola te quiero. y quisá si te escriba en cada cosa que publiques, .... porque es tarde y parece que no me gusta dormir de noche. y que me gusta perder mis mañanas. te quiero seguir escribiendo.

pero lo dejaré de hacer, porque encuentro que tu miedo a las cucharas es porque te gustan las cosas que pinchan como los tenedores o los cuchillos. o sea, eres arriesgada en cubierto, aparte que te gustan esos juegos locos de fantasilandia... eso si que es

fantasilandia es un tenedor y un cuchillo.

fantasilandia no puede ser una cuchara