sábado, 12 de septiembre de 2009

SeptiembreSol

En días así, de sol tan rico, debí despertar en tu casa con el pijama que me prestas para dormir cuando ya es bien tarde. Debimos perder este día sentadas en el jardín, jugando a cualquier cosa, prestándonos lentes de sol y haciéndonos cariños. Debimos acostarnos en las baldosas que estaban frías para discutir que haremos en la noche y yo debí decir “es que tengo que irme” para que no me dejaras y me acostaras en tus piernas como a un gatito remolón.
Ya tenemos la confianza suficiente para estar así, sin vestirnos, todo el día y los lentes nos dejan mirar el sol sin estornudar.

Encontré un payaso ciego y cojo dibujado en mi cuaderno de francés.
Podemos sacar el sillón, porque así estamos más cómodas.

Me gustan esas rosas que crecen ahí y que el pasto se mantenga verde hasta que llegue el gris del telón de cierre.

1 comentario:

verde dijo...

Tardé mucho en experimentar los estornudos inducidos por culpa de la luz, y justo estos días un amigo está componiendo una canción de un payaso, inicialmente tenía contemplado que muriera, pero tal vez sólo acabe ciego y cojo.