sábado, 13 de diciembre de 2008

De lo que no se puede decir.

La vocecita frágil se quiebra antes de tocarme (apenas roza mi cuello mientras trata de hacerse fuerte)
Habla como una niña cuando dice “gracias”; yo la imagino encogiendo los hombros y mirando tímida.
No puedo escribir.

Es como si cada uno al partir me quitase un dedo.
Mi mano derecha está vacía y de la izquierda ya han tomado los 2 últimos.
Me duele cada pared interna.

Mi estomago es un vano eterno que sólo molesta.
La vocecita me da ternura, a veces.

La vocecita me quiere, a veces.
la vocecita me abandona; siempre.


Yo sólo trato de ser menos peor.

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