La vocecita frágil se quiebra antes de tocarme (apenas roza mi cuello mientras trata de hacerse fuerte)
Habla como una niña cuando dice “gracias”; yo la imagino encogiendo los hombros y mirando tímida.
No puedo escribir.
Es como si cada uno al partir me quitase un dedo.
Mi mano derecha está vacía y de la izquierda ya han tomado los 2 últimos.
Me duele cada pared interna.
Mi estomago es un vano eterno que sólo molesta.
La vocecita me da ternura, a veces.
La vocecita me quiere, a veces.
la vocecita me abandona; siempre.
Yo sólo trato de ser menos peor.
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