lunes, 15 de diciembre de 2008

# (y espero no estar maldita)

Hoy vi al señor del signo gato; si cuento la historia recuerdo que ya la escribió otra que compró a besos mis derechos de autor.
Hoy lo vi y lo recordé gritándole al teléfono. La gente se reía y él gritaba (yo sé que le dolía).
Gritaba su encierro, su forma de felino en cautiverio. Gritaba y golpeaba con la rabia del mundo, la rabia contenida de Chile (que también era mía)
Nadie respondía al otro lado. “Nadie puede escuchar con la música tan fuerte”. La gente pone la música fuerte para no escuchar lo que no quiere y nadie quiere escuchar al señor del signo gato gritando su tragedia, gritando su encierro de tigre mal-tratado del zoológico metropolitano. Tan bonito. Tan poquito espacio.
Hoy cuando lo vi se tapó la cara para verme mejor, con menos contra-luz. Me pidió un cigarro (muy amable) y cuando se lo di me dijo “amorosa”. Se dio media-vuelta-vuelta-entera y me miró otra vez. Se tapó otra vez. Movió la palma por mi cuerpo, pero de lejos, como los curas cuando dan la hostia. Habló en lenguas, dijo un mantra, dijo “Shalalalalá” y me bendijo.
Yo le dije gracias semi-nerviosa. Él sólo sonrió y se fue.


No fumó mi cigarro nuestro.


Espero no estar maldita, porque hoy pasé bajo una escalera amarilla y me duele mucho el hombro al escribir.


"No dar dinero o cigarros a los internos, pues influye negativamente en su tratamiento" decía el cartel adentro. Yo lo leí después del señor del signo gato.

Espero no estar maldita.

1 comentario:

ximenerd dijo...

y el telefono sonaba TUUUUU TUUUUUU

marqué tu número telefonicóóóó
no sé cuantas veces
no sñe cuántas nooo

ando musical


yo creo que te bendijo
asi como el niño de my name is EARL